Las setas mágicas podrían sacarte del pozo de la depresión

Un estudio científico de dos años con estas drogas psicodélicas ha conseguido resultados sorprendentes con personas que llevaban más de 18 años sumidas en una depresión severa

Las setas mágicas tienen algo muy importante que decirte sobre la depresión. Usadas como drogas recreativas e instrumentos para la exploración espiritual desde tiempos inmemoriales, estos pequeños hongos alucinógenos han demostrado tener además propiedades curativas.
Un último estudio, desarrollado entre la Beckley Fundation y el Imperial College London, ha demostrado los beneficiosos efectos que tienen los 'magic mushrooms' aplicados al tratamiento de la depresión.
Realizado con 12 personas que habían sufrido distintos grados de depresión durante un promedio de 18 años, l os científicos suministraron a esos pacientes una dosis de 25 miligramos de psilocibina, el componente alucinógeno de las setas mágicas.
El experimento buscaba saber si la condición de los pacientes mejoraría después de un mini "viaje interior" que proporciona esta droga. Los resultados fueron muy reveladores.
Un último estudio, desarrollado entre la Beckley Fundation y el Imperial College London, ha demostrado los beneficiosos efectos que tienen las setas en el tratamiento de la depresión
En diversos grados, en los días que siguieron a la toma de la psilocibina los participantes se sintieron menos ansiosos y más capaces de disfrutar de la vida. Una semana después del "viaje", los científicos aseguran que ocho de los pacientes presentaban un cuadro de remisión completa. Tres meses después, cinco de los pacientes estaban completamente libres de depresión.
Lo destacable del estudio es que las drogas ayudaron a personas a las que ya no les hacía ningún efecto la medicación y los antidepresivos.

Para realizar el experimento, a los participantes se les dio inicialmente una dosis baja de psilocibina para asegurarse que no tuvieran ninguna reacción adversa. Una semana más tarde, en una sala preparada con música y bajo la atenta mirada de dos psiquiatras, los participantes consumieron una dosis más alta suministrada en cápsulas especiales. Su experiencia psicodélica duró hasta cinco horas.
"Es cierto que hay presencia de algunos momentos difíciles durante las sesiones, por ejemplo cuando experimenté estar con mi madre en el hospital cuando estaba muy enferma", asegura uno de los voluntarios, Kirk Rutter, deprimido desde la muerte de su madre.
"Durante la sesión de la dosis alta visualicé mi dolor como una úlcera que yo impedía que cicatrizara para estar conectado de alguna forma con mi madre. Sin embargo, pasando a través de los recuerdos, sentí el amor de nuestra relación y vi que dejando de lado el dolor no estaba dejando de lado su memoria", confiesa el paciente.
En diversos grados, los días que siguieron al estudio los participantes se sintieron menos ansiosos y más capaces de disfrutar de la vida. Tres meses después de las tomas de psilocibina, cinco de los pacientes estaban completamente libres de depresión
A pesar de los resultados, los científicos advierten a la población de no intentar tratarse con los hongos por su propia cuenta. "Las drogas psicodélicas tienen efectos psicológicos potentes y solo se dan en nuestra investigación, cuando las garantías adecuadas, como el cribado cuidadoso y el apoyo terapéutico personal, tienen lugar", ha declarado el doctor Robin Carhart-Harris, autor principal del estudio.
Durante las décadas de los 50 y los 60, se produjo en el mundo médico una auténtica inundación de investigaciones sobre drogas psicodélicas y su uso terapéutico, con deslumbrantes resultados. Sin embargo, posteriormente las drogas fueron desplazadas con efectividad de los laboratorios.
"Hemos perdido una valiosa herramienta tanto para la comprensión de la mente humana como para el tratamiento de los problemas humanos", ha expuesto Amanda Feilding, fundadora de la Beckley Foundation.  
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