Los falsos mitos sobre la influencia de la luna en las personas

El folclore popular atribuye a las distintas fases de la Luna la capacidad de influir tanto en el comportamiento de las personas, como en su estado de ánimo.
Un equipo de investigadores publica ahora los resultados de un estudio en torno a los patrones de sueño de miles de niños de todo el mundo. Se ha vigilado el descanso de más de 5.000 pequeños durante 28 meses, las conclusiones del experimento apenas arrojan un 1% de variación en la duración del tiempo de sueño vinculado al estado de la Luna.

Y aunque todo el mundo está de acuerdo en que la Luna llena no puede transformar a las personas en hombres lobo, no son pocos los que acusan a nuestro satélite de provocar alteraciones en el sueño o, incluso, en nuestro organismo y nuestra mente. ¿Pero qué base científica hay detrás de todas estas creencias?
Para establecer si las fases lunares pueden afectar de alguna manera a las personas, un equipo internacional de investigadores ha estudiado lospatrones de sueño de miles de niños de todo el mundo, para comprobar si éstos se alteraban por culpa de la Luna y cómo estas alteraciones, de haberlas, modificaban sus vidas diarias. Los resultados de la investigación se acaban de publicar en la revista Frontiers in Pediatrics.
«Consideramos que llevar a cabo este estudio con niños podía ser particularmente relevante -afirma Jean-Philippe Chaput, del Instituto de Investigación del Este de Ontario-, porque los niños son más susceptibles a los cambios de comportamiento que los adultos y sus necesidades de sueño son mayores».
El estudio se llevó a cabo sobre un total de 5.812 niños de los cinco continentes. Los pequeños procedían de un amplio rango de niveles económicos y socioculturales y se consideraron también variables como la edad, el sexo, la educación de sus padres, el día en que se efectuaba la medida, el índice de masa corporal, la duración del sueño nocturno, el nivel de actividad física y el tiempo diario de sedentarismo.
Los datos se fueron recogiendo a lo largo de 28 meses, lo que equivale al mismo número de ciclos lunares, que fueron a su vez divididos en tres fases: Luna llena, media Luna y Luna nueva. Las conclusiones del estudio revelaron que en general, la duración del sueño nocturno durante la Luna llena en comparación con la Luna nueva se reducía de media en 5 minutos (un 1% de variación). Ninguna otra actividad o comportamiento de lo pequeños sufrió modificaciones.
«Nuestro estudio proporciona evidencias convincentes de que la Luna no parece influir en el comportamiento de las personas -asegura Chaput-. El único hallazgo significativo fue una alteración del 1% en el sueño nocturno durante la Luna llena, pero esta variación se explica en gran parte por el amplio tamaño de la muestra estadística».
Por supuesto, las implicaciones clínicas de dormir cinco minutos menos durante las noches de Luna llena no representa amenaza alguna para la salud. En palabras del científico, «En general, creo que no deberíamos preocuparnos por la Luna llena. Nuestros comportamientos están en gran medida influenciados por muchos otros factores como los genes, la educación, los ingresos y los aspectos psicosociales, pero no por las fuerzas gravitacionales».
A pesar de que los resultados de este estudio son concluyentes, la controversia sobre los efectos de la Luna podría desembocar en nuevas investigaciones que determinen si nuestra biología está sincronizada de algún modo con los ciclos lunares, o si la Luna llena tiene una mayor influencia entre personas que sufren trastornos mentales o enfermedades físicas.
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